Tips:

  • En la mayoría de las casas, los baños tienen su propia escobilla, estas, por lo general, deben cuidarse y limpiarse con agua caliente y artículos desinfectantes que contienen muchos químicos. Nuestra sugerencia a esto, es colocarlos en un recipiente con agua, un poco de bicarbonato, zumo de limón y una pizca de detergente en polvo, déjalo reposar al menos un día entero y luego lávalo con abundante agua.
  • Limpia tus escobas con regularidad. Para ello, llévalas a un espacio abierto y sacúdelas enérgicamente. A continuación, utiliza un peine que no uses para eliminar la suciedad de las fibras, esto arrastrará los restos acumulados, pelos, telarañas y otras suciedades. Para una limpieza óptima, mezcla agua con una pizca de detergente en un recipiente grande, déjalo durante 5 minutos y lávalo hasta que no salga espuma.
  • Aunque el lampazo es fundamental para que los suelos estén relucientes, se lleva por delante cualquier tipo de suciedad y microbios. Después de utilizar este utensilio, llévalo a un recipiente con abundante agua y detergente, esto creará mucha espuma, lo esencial aquí, es enjuagarlo constantemente con abundante agua hasta que no haya nada de espuma y no quede rastro de mal olor y suciedad. Puedes utilizar una pizca de cloro y jabón líquido en la solución, para que el lampazo quede mejor desinfectado y con un rico aroma.
  • Las esponjas de cocina son ese lugar idóneo donde las bacterias se reproducen a por montones, esto gracias a la humedad. De hecho, hay estudios en el que detallan que estos utensilios muestran una gran variedad de microbios, por lo que te aconsejamos sustituirlos al menos una vez por semana. No los reutilices, bótalos.

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