• Una vez identificado el alimento que está causando el mal olor, sácalo y bótalo en una bolsa sellada. Usualmente, lo olores ácidos, por ejemplo, el del maíz dulce o las frutas en mal estado, suelen ser sencillos de eliminar. Basta con ponerle un vaso con zumo de limón para eliminarlo.
  • Para otros olores fuertes, por ejemplo, el de la carne, lo ideal es limpiar todo el refrigerador. En el caso de que estés escaso de tiempo y no podas hacerlo, intenta con esta fácil estrategia:
  • Vacía el refrigerador y rocíale por dentro tu propio desinfectante casero. Simplemente, mezcla un poco de agua, una porción de vinagre de limpieza, una cucharada de bicarbonato de sodio y un limpiador de platos en un recipiente limpio. Hará mucha espuma, así que déjalo actuar durante 15 minutos. Después, vacíalo en un atomizador y aplícalo en la nevera.
  • Limpia el interior de la refrigeradora con un pañuelo suave y húmedo para eliminar los restos del alimento y sécalo bien.
  • Cuando esté muy limpia, deja un vaso lleno de café molido en su interior, un trozo de carbón vegetal o restos de pan humedecido en vinagre. ¡No habrá ni rastro hedor!

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